SUPERA TUS LÍMITES. CAPÍTULO VII

 

 

MIEDO A LA POBREZA

 

El miedo a la probreza es una enfermedad devastadora que puede perseguir a las personas durante su vida. Es una forma sigilosa de sufrimiento, con resultados que se reflejan y afectan todos los aspectos de su vida.

 

 

Este sentimiento de miedo implica falta de todos los recursos y conocimiento necesarios para la sobreviviencia; esta emoción debastadora destruye muchas facultades en la persona, elimina la confianza en sí mismo y la priva de vivir una vida con calidad, si tiene dinero porque teme a perderlo, si no lo tiene porque se siente inferior y carente. Este miedo crea un ciclo en el que los afectados se sienten desamparados y desesperanzados.

 

 

Generalmente las personas que sufren este miedo son aquellas que tienen el valor del dinero muy en alto y creen que el dinero es lo que los define como personas valiosas, se sienten inferiores y veneran aquellas personas que tienen poder económico, creen que por el hecho de no tener dinero es algo de lo cual hay que sentirse avergonzado, ellos mismos piensan que si no tienen dinero valen menos que los que aparentan tenerlo. Todas esas creencias, son impuestas.

 

 

El hombre experimenta tanta ansiedad por tener riqueza que está dispuesto a poseerla de manera ilegal, agraviando a sus semejantes, despojando a su propia familia, y hasta se atreven a sacrificar su felicidad buscando parejas ricas que les ayuden a sentirse “alguien”. Todo para sentir una falsa sensación de seguridad, creyendo que tienen el dinero sin saber que el dinero los tiene a ellos.

 

 

La humanidad ha creado tantas necesidades que cada vez tiene que trabajar más horas, y más duro para solventar las exigencias que se les ha impuesto para encajar en el grupo social al que pertenecen, grupos que muchas veces es de personas con las que no desean estar o no son de su agrado.

 

 

El miedo a la pobreza es un estado mental producido por las creencias limitantes, lo sufren tanto los que poseen dinero como los que no lo poseen; pero si una persona se dispone a percibir el dinero de diferente manera, todo cambia, empieza a ser consciente y puede ver que vivimos en un mundo exuberante en riqueza y abundancia. Sin embargo, la verdadera riqueza empieza con la manifestación de su felicidad interna. Se dice que un individuo es verdaderamente rico cuando puede contar con muchas cosas que no cambiaría por dinero.

 

 

Cuando disfrutes de tu felicidad interna todo lo exterior y lo material deja de tener valor, ahí es cuando realmente la vida cobra sentido, porque descubres que la verdadera riqueza la llevas en ti, entonces ya no temes a perder nada o a no tenerlo.

 

 

Hay una frase que dice: “Existen muchos pobres con dinero”.

Que pena que esa frase encierra tanta verdad, la sociedad está llena de personas con dinero, pero lamentablemente infelices, no ven valor en su vida  ni en sus seres queridos, se sienten solos, padecen constantes depresiones, estrés y deterioran la salud paulatinamente, todo a costa de conseguir más dinero para vivir mejor, ¿no es acaso esto vivir una ironía?

 

 


 

Vivimos en un mundo en el que se nos enseñó a depender del dinero, con él adquirimos cosas que nos proporcionan comodidad, nos da la oportunidad de ayudar a los demás y a quienes amamos, y de hacer muchas cosas con las que siempre soñamos.  Es algo positivo puesto que es energía, es parte de la abundancia que existe a nuestro alrededor, sin embargo, la mayoría de la gente cree vivir en un mundo que está limitado, y lo que poseen no les parece suficiente. Sus creencias limitantes no le permiten disfrutar, por el contrario, lo poco o lo mucho que tienen les ocasiona dolor y preocupación.

 

 

La felicidad no consiste en cuántas cosas tienes o cuánto dinero posees, sino en comprender que no necesitas nada para ser feliz. Las preferencias y lo que se desea cambia constantemente conforme pasa el tiempo, esto depende mucho de lo que el mercado y la moda ofrece, por lo tanto, es bueno reflexionar en cuánto realmente necesitas para estar bien y cuánto se ha convertido en una necesidad de consumir. Hay que consumir con inteligencia, pero no consumir pensando que esto o aquello te va hacer más feliz, y mucho menos creer que lo material que se adquiere lo convierte en mejor persona, muchas veces es al contrario, el dinero saca lo mejor o lo peror de la persona, solo observa. Recuerda, todo tu valor lo llevas en tu interior, y no tiene precio, porque no se compra con dinero.

 

 

En realidad la vida es muy simple, si crees que tienes poco, vive en gratitud porque esa es la experiencia que estás viviendo en este momento, de la cual sacarás mucho aprendizaje y madurez, y si desea más, continua avanzando hacia tus metas, recuerda que todo lo llegas a alcanzar mediante una realización progresiva. La pobreza está en la mente cuando existen pensamientos de escasez y no haces nada para cambiar.

 

 

Si tienes mucho dinero y sientes miedo a perderlo, ¿de qué te preocupas?, si llegaras a perder toda tu riqueza material, vuelves hacerlo, porque ya tienes la experiencia de hacer dinero. Juega con lo que tienes, deshágase de algunas de las tantas cosas que posees, y te darás cuenta que no son necesarias para tu paz interior. Cuando hay un desapego hacia lo material,  aflora la verdadera riqueza.

 

 

Lo más importante es que te sientas feliz como sea que vivas tu vida, aunque debes saber y creer que todo ser humano tiene el potencial de crear lo que desee, partiendo de cero. ¿Qué se necesita? El gran deseo y la seguridad de que puedes alcanzar cualquier meta. Tu fe  te motivará a dar el primer paso hacia tu deseo. Si la riqueza material no es lo que más deseas en este mundo, entonces ya no te preocupes, y aprende a ver la abundancia que está en todo lo que te rodea, pero sobre todo dedica tu tiempo a ser feliz y siempre serás muy rico, porque cuando estás feliz, todo es perfecto.

 

 

Recuerda, tu no eres el dinero, no eres lo que posees ni lo que crees sobre ello, eres un ser con la divinidad de quien te creo, por lo tanto todo lo que necesitas está dentro de ti, lo de afuera es añadidura, eres perfecto de la manera que eres en este momento. Si tienes dinero, disfrútalo haciendo de tu vida lo más agradable con él; si no tienes dinero, igual disfruta de tu vida haciendo lo más agradable con lo que tienes, no esperes que algo llegue para sentirte feliz.

 

 

No vale la pena afanarse tanto por algo que no es más que una patraña, para mantener a la humanidad en la dirección equivocada, y hacia su propia destrucción, porque el sistema tiende a imponer el miedo a la pobreza para mantener una pobreza mental constante y aplica los mismos criterios de éxito y fracaso a todo el mundo, sin tomar en cuenta las diferencias individuales.

 

 

El miedo constante a la pobreza puede provocar resentimiemto, verguenza, timidez y otros sentimientos negativos, por el temor de ser juzgado por los demás por no cumplir o estar a la altura de las expectativas sociales y grupales.

 

 

Hay que recordar que hay muchas maneras de sentirse realizado y feliz en la vida, y no es necesario seguir el mismo camino que los demás han recorrido. Reconociendo nuestros propios talentos e intereses, podemos crear una vida que tenga sentido y sea gratificante para nosotros. La probreza o riqueza no tiene por qué definirnos, ya somos seres valiosos y ese valor no tiene precio; podemos optar vivir de la manera que deseemos y superar todo miedo para vivir de acuerdo con nuestros valores y pasiones. Depende de nosotros encontrar nuestro propio camino y convertirlo en la mejor versión de nosotros mismos. 

 

 

Cada ser viviente lleva el poder Divino intrinseco, siendo fieles a nosotros mismos, podemos liberarnos de las ataduras del miedo a la pobreza impuesta por la sociedad y crear una vida que sea gratificante y significativa para nosotros. Debemos reconocer nuestras habilidades, talentos e intereses individuales y utilizarlos para crear algo único e inspirador, porque ya venimos con las herramientas necesarias para caminar por este bello planeta en completa abundancia.

 

 

Debemos estar dispuestos a explorar fuera de nuestra zona de confort o de estancamiento, generar cambios internos que se reflejen en lo externo y asumir riesgos para encontrar lo que mejor funciona para cada uno. Nadie puede vivir la vida de otra persona por ella; cada cual debe aprovechar al máximo su potencial e ir descubriendo en el camino lo que realmente no solo le agrada hacer, pero también, es bueno en eso, tiene habilidad. Hacer las cosas que te apasionan, te da como resultado calidad de vida.

 

 

Este es el viaje del autodescubrimiento, en el que a medida que avanzamos aprendemos a ser fieles a nosotros mismos y a encontrar la fuerza en nuestras capacidades únicas. Con valor, determinación y compromiso, cualquiera puede superar el miedo a la pobreza y convertir su vida en algo verdaderamente lindo de vivir e inspirada por si mismo.

 

 

Este es el reto para trascender el miedo a la probreza: reconocer el valor divino que está dentro de cada uno, para luego, crear algo extraordinario, puede ser algo pequeño, pero que le provoque una emoción de satisfacción y gratitud, y que además, también alegre a quienes le rodean.

 

 

Ponte creativo y has tus propios retos, para que este proceso sea agradable y juguetón. El valor divino se reconoce con una respiración a la vez, con pequeñas acciones, observando y estar vigilante de cada pensamiento que dejas entrar a la mente. Ve más veces a tu interior a ver qué está pasando ahí, observate y disfruta tu propio proceso, cada experiencia es única, a tu medida.

 

 

Superar ese miedo impuesto por la sociedad, requiere hacer uso del poder que se te ha dado, para hacer valer tu compromiso, tú determinación, para crear nuevos hábitos que produzcan cambios positivos a diario y la confianza en uno mismo. Esa actitud puesta en práctica, abre el camino hacia tu libertad interior y la plenitud, desde donde podemos entonces, crear una vida que tenga sentido y sea gratificante para cada quien.

 

 

El poder Divino que llevas en tu interior, se manifiesta atraves de tu vida con gran poder y gloria.  

 

 

La pobreza consiste en sentirse pobre”.  

 Ralph Waldo Emerson. 

 

 

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