SUPERA TUS LÍMITES. CAPÍTULO III

 

RESENTIMIENTO

 

 

El resentimiento es una emoción que surge cuando alguien se siente agraviado de alguna manera, ya sea por una persona o por una situación. Suele implicar sentimientos de ira, dolor e injusticia, este nace cuando la otra persona no responde o no se comporta de la manera que nosotros esperamos, cuando esto ocurre nos sentimos dolidos y en cierta manera engañados.

 

 

El resentimiento puede manifestarse de diversas maneras, desde la agresión pasiva hasta el ataque verbal o físico, entonces se desencadena una serie de sentimientos perjudiciales para la salud mental. El deseo de vengarse es uno de los primeros en manifestarse, y el deseo de que la otra persona se sienta dolida también,  en consecuencia optamos por distanciarnos, dejar de darle afecto o no le prestamos más atención a la persona con quien nos sentimos resentidos y, creemos que así la estamos afectando. No obstante, si nos detenemos a observar nuestra conducta y el sentimiento de resentimiento hacia alguien, parecería como si se dejara entrar a un monstruo al que se le da poder para que consuma la esencia de nuestro ser, y si se le deja avanzar sin control, se convierte como en un fuego arrasador que consume y consume hasta acabar con el corazón del bosque.

 

 

 

El resentimiento es un sentimiento devastador hacia la persona, se convierte en un recuerdo lleno de imágenes nocivas y palabrerías que viven dentro de la mente del resentido, al igual que el fuego devastador, el resentimiento lo consume en furia y dolor una y otra vez que sea revivido del pasado.

Lo peor es que te mantiene atado a la persona que recientes, por un lazo emocional que tú mismo te encargas de mantener vivo.

 

 

El resentimiento inmoviliza y no permite crecer ni avanzar a la persona que resiente, porque afecta e infecta su ser y todas sus relaciones, se queda atascado en el tiempo y no puede avanzar sanamente hacia lo nuevo y fresco que la vida ofrece cada día. Hay una frase que dice: “albergar resentimiento es como tomarse un veneno y esperar que la persona que ofendió se muera”.

 

 

Para erradicar ese sentimiento destructivo, hay que tener claro que la ofensa que tanto resentimos viene de una persona que evidencia una incapacidad o vulnerabilidad no deseada, que intenta ocultar a toda costa, cree que haciendo daño o debilitando a alguien, se hace más fuerte, es otra persona con resentimientos y llena de temores, también es un ser humano confundido igual que todos los que no han sabido sanar su dolor, que en medio de su odio y miedo, se toma el veneno para matarte a ti y así continúa la cadena, hasta que tú decidas cambiar.

 

Solo tú puedes hacer el cambio para tu propio bienestar. Aunque una parte en tu mente se incline a enfocarse en pensamientos de conflicto, recuerda que no son más que creencias del viejo patrón, ten siempre presente que eres la persona más importante y a la que mejor debes cuidar; con todo amor y sin reprocharte te puedes decir a ti mismo cosas como: me doy el regalo de liberarme del pasado, elijo disfrutar la vida y creer solo lo que me hace bien, mi valor como persona lo determino yo, merezco ser feliz y la felicidad está en mis manos. 

 

 

Si observas con cuidado la situación que te produce el resentimiento, descubrirás que el dolor y odio que sientes es porque lo has aceptado como tuyo, y continúas dándole poder enfocándote en él; no te estás enfocando en ti, porque cuando te enfocas en ti te conviertes en el observador de tu mente y le das espacio para que se aclare. De una mente ordenada emergen los pensamientos de libertad, poder y gracia; y deliberadamente comienzas a soltar todo tipo de patrón destructivo y tomas el control de tus emociones, de ahí nace el verdadero perdón hacia ti mismo. Serás libre.

 

 

Un individuo libre de resentimiento, jamás atropella de ninguna manera a su prójimo, además tiene la mente tan clara y sana que sabe que es su elección aceptar o rechazar cualquier tipo de agresión hacia su persona. Cuando alguien viene a darte un “regalo” que no deseas, lo devuelves a su dueño, solo es tuyo lo que aceptas, aprende a escoger lo que deseas de otras personas, porque todas por negativas y dañinas que parezcan, traen grandes lecciones de vida, en otras palabras, pueden ser grandes regalos, para tu crecimiento espiritual y paz mental.

 

 

 

 

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